Hay cosas que no se preparan , vienen rodadas. Ya hice una corta reseña de mi infancia y adolescencia en Venezuela. Además de sus bellas playas, recuerdo la alfombra de helechos y vegetación salvaje que admiré por primera vez yendo por la carretera desde Puerto Cabello a Valencia cuando llegamos a la Guaira. Fue en este país tropical, con 5 añitos dónde empecé a descubrir la naturaleza y con la inmensa suerte de hacerlo aún en estado puro. Esas playas vírgenes que guardo con celo en mi retina, y su flores exóticas cada cual más bella, sus árboles frutales como la guayaba, el mango y la manga. El sabor del tamarindo, la lechoza, el aguacate ...
Un amigo que vive en Cumaná inmortalizó alguna de esas bellas flores y me las envió. Se lo agradezco desde aquí y subo algunas hoy porque bellezas así no se deben guardar para si. Mas adelante iré completando el repertorio...
Un amigo que vive en Cumaná inmortalizó alguna de esas bellas flores y me las envió. Se lo agradezco desde aquí y subo algunas hoy porque bellezas así no se deben guardar para si. Mas adelante iré completando el repertorio...
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