Castelo Branco (1)

Panorámica de la ciudad desde el castillo

No se sabe muy bien la historia de Castelo Branco solo que su fundación está muy relacionada con los

Poco se conoce de la historia de la ciudad antes de la llegada de los Caballeros Templarios que a su llegada levantaron el castillo y la murallas entre los años 1214 y 1230.

Parece ser que hay datos que afirman que Castelo Branco era una ciudad fortificada en el Siglo XVI.
Aún quedan huellas de la época medieval en alguna de sus callejuelas, casas y puertas de aquella época, símbolos de la riqueza de los comerciantes que vivían en ellas. La ciudad cuenta con unos 34.000 habitantes.

Castelo Branco tiene una tradición en bordados. Sus colchas y manteles son famosas más allá de la frontera y cuenta con una rica gastronomía. No es la primera vez que voy a Portugal ni será la última, y que también me encantan sus gentes, que son muy amables y acogedores. Estuvimos en Castelo tres días y a pesar de que no es muy grande tiene mucho que ofrecer al visitante.
Me decían mis hijos que soy una buena embajadora de Portugal.
Visitamos su castillo, los jardines del Palacio Episcopal, el museo Cargaleiro, el centro de Interpretación del Bordado, el parque Berrocal entere otros y nos la pateamos enterita.

Castillo

En lo alto de una montaña (Nos la subimos andando) nos encontramos con los restos de lo que fue el castillo que da nombre a la ciudad.

Fue construido por la orden del temple entre los años 1214 y 1230

De aquel antiguo castillo únicamente queda la torre, que es símbolo de la ciudad y parte de la muralla  desde dónde  en días claros se divisa  parte del Tajo y hasta la frontera de España. 

Recorrimos lo que queda de la muralla que es muy poco pero nos permitió  disfrutar de una buena panorámica  de la ciudad, tanto de la parte antigua como la moderna. 

Ventana de la torre del homenaje.

En la plaza de armas del castillo se alza la Iglesia de Santa María do Castelo, en cuyo atrio se reunía la asamblea de los hombres buenos y las autoridades monástico-militares de la ciudad hasta el siglo XIV.

 Belén artesanal instalado en el patio  hecha por niños con motivo de las fiestas navideñas

La Torre do Relógio o Torre de Reloj,  formaba parte de las murallas y protegía una de las puertas de la ciudad.

Señalar que las calles portuguesas están hechas de adoquines irregulares de piedra caliza blanca y gris. En ocasiones se incorporan piedras negras o rosas. 

  En Lisboa en la plaza de Los Restauradores hay unas esculturas con las que se homenajeaba a los  calceteiros.   que fueron los artesanos que han hecho un arte de su oficio de partir y colocar las piedras de la calzada.

Siempre que voy a Portugal me encanta ver en cualquiera de sus ciudades como cuidan de sus monumentos,  el respeto que tienen por el medio ambiente y la limpieza de sus calles .

Aquí unos buzones

Castelo Branco II

Castelo Branco III